7 de junio de 2017

Fisioterapia del Suelo Pélvico

A los 6 meses de mi intervención quirúrgica, en la que me extirparon los órganos que componían mi aparato reproductor, seguía soportando grandes dolores, así que, antes de empezar con las inyecciones de hormonas, decidí probar otra alternativa, menos tóxica.

Había leído mucho sobre las bondades de la Fisioterapia del Suelo Pélvico, pero como no es lo mismo leerlo que vivirlo me puse en contacto con el Colegio de Fisioterapeutas de Cantabria para solicitarles información sobre los profesionales en éste campo, con consulta en Santander.

Lo cierto es que el abanico de posibilidades era reducido, pues en mi ciudad sólo hay 2 médicos especializados en #suelopélvico, con consulta privada. Así que tras chequear sus páginas web, leer su experiencia y valorar otras características como la proximidad a mi domicilio o que fuera mujer, escogí consulta.

No mentiré, animarme a ir a la consulta por primera vez me costó un mundo. Para mi sigue siendo difícil tener que contar, cara a cara, qué me han hecho una #Histerectomía por #Endometriosis, que tengo infinitos dolores... sobre todo por el gesto del que me escucha, por primera vez, que siempre es un poema y estoy cansada y harta.

Así que, armada de valor, me personé en la consulta del Fisioterapeuta y le solicité información sobre posibles tratamientos, para paliar mi #dolorcrónico, y precios.

Mi mayor sorpresa fue que ella conociera perfectamente qué es la Endometriosis, que supiera qué son las #adherencias, y que entendiera qué me estaba pasando. -Es una pena que algo así me sorprenda pues refleja como otros profesionales médicos carecen de formación aun dentro de su especialidad-.

Tras ésta charlar informal me emplazó a tener una primera cita en donde me reconocería, interna y externamente, para poder valorar la situación real en la que me encontraba.

Y así, tras el reconocimiento y estudio inicial me informó que tenía un #prolapso grado 2, me habló de músculos que ni sabía que existían, localizó focos de dolor, me ilustró sobre la terapia con #INDIVA y me mandó recoger una muestra de orina -para analizar el #PH de mi organismo- y me dio una tabla para valorar las veces que iba al servicio.

Con todos estos deberes hechos acudí a la primera sesión de fisioterapia llena de ilusión y esperanza.

El primer día realizó trabajos manuales, externos e internos, y no sería hasta el tercer día cuando empezaría a tratarme con los electrodos de INDIVA, también de forma externa e interna, además de ir enseñándome ejercicios hipopresivos. 

Para mí los trabajos manuales eran muy dolorosos, sobre todo en las primeras sesiones, al igual que lo era soportar el INDIVA. Con el pasar de los días iba notando mejoría, ya podía agacharme y la vejiga estaba menos tensa.

A pesar de sentirme mejor, de calmar el dolor, a la segunda semana de tratamiento estaba hasta el moño de ir. Entre trabajos manuales, INDIVA, y ejercicios hipopresivos cada sesión duraba casi las 2 horas, pagando por ellas 40€.

Así que tras 10 sesiones y abonados más de 400€ -el electrodo interno de INDIVA lo paga cada paciente porque es de uso individual- dejé de ir, sin tener el alta de la doctora y sin estar, ni siquiera al 80%.

Al mes de dejar el tratamiento empeoré notablemente, o más bien, volví a estar como al principio, como antes de ir a fisioterapia.

Hoy valoro positivamente la experiencia, desde luego, pues estuve un mes medio bien, pero en mi caso fue "pan para hoy, hambre para mañana".

Además ahora sé que parte del dolor que sufría al pasarme el electrodo de INDIVA, por la zona de la fosa ilíaca derecha era porque tengo dañado el nervio inguinal y el calor en la zona, para mí, era demoledor.

No obstante, estoy muy agradecía a la doctora, pues gracias al informe que me redactó pude presentárselo a mi médico de familia, quien me derivó a Ginecología del Suelo Pélvicoa pesar de que aún no me hayan visto por motivos administrativos, reclamaciones y otras historias para no dormir- y a los ginecólogos del Hospital de Cruces, en donde me llevan la Endometriosis, también se lo puede mostrar, aunque ellos pasaran más del tema.

En conclusión, bajo mi experiencia, la fisioterapia del suelo pélvico es fundamental para recuperar el tono muscular de la vagina, relajar músculos internos y externos, y ayudar a recuperar el control sobre la vejiga. No obstante, en mi caso, seguiré luchando porque me lleve la Unidad de Suelo Pélvico de la Seguridad Social, pues en mi situación personal es imposible afrontar el gasto mensual que supone acudir a una consulta privada.


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